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Caminante Neutral

Hace mucho tiempo atrás, cuatro personas caminaron sobre este mundo, cada una de ellas, ostentando el poder de cien soles. Estas personas usaron su colosal poder, para proteger a sus hijos de las criaturas oscuras conocidas como, Negativos. Por cientos de años las cuatro personas, junto con sus hijos, pelearon unidos contra aquellos monstruos que los consideraban alimento, y debido a su unión, lograron hacer retroceder a los Negativos. Años de prosperidad llegaron para las cuatro personas y sus hijos, pero la felicidad terminó rápido, pues las cuatro personas fueron enemistados por la codicia. Las cuatro personas lideraron a sus hijos en una lucha por la supremacía, que perduró hasta que las cuatro personas murieron, dejando a sus hijos solos he indefensos, contra la gran amenaza que eran los Negativos. Ya han pasado mil años de la muerte de las cuatro personas que salvaron a las cuatro sangres, su rostro y nombre fueron borrados por el tiempo, pero su existencia he ideales aún brillan en cada individuo, volviéndose el combustible de la lucha perpetua entre las cuatro razas, que alguna vez fueron hermanas. --------- Al norte de Gralan, donde las cenizas de los volcanes y la nieve, se mezclan para cubrir una gran ciudad. En ella la oscuridad parece reinar y la muerte prosperar, pero aún así, esta ciudad tiene un nombre. Ella se llama Babel, el último refugio de la Humanidad.

Cristian_Ruiz · Fantasy
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14 Chs

Primeras Lagrimas

"HAAAAAAAA"

"AYUDA ESTOY ARDIENDO AYUDAAAAAA"

"DIOS SALVAME, YO...."

"QUE SE DETENGA! QUE SE DET....ENGA"

Los gritos, las súplicas, los llantos, los lamentos todos en coro, era horrible, espantoso y ensordecedor.

El espacio era negro, pero las figuras humanas de donde provenían los lamentos estaban dispersas por todo el llano, si miraban arriba verían una enorme grieta y mirando hacia abajo solo sangre, fuego y gritos había.

------------

"Whaaaaa"

Los gritos del bebé en la cuna sorprendieron a la señora de pelo rubio, repentinamente el recién nacido rompió su sueño para comenzar un llanto ensordecedor.

"Que pasó pequeño, tienes hambre? Mamá vendrá pronto!"

La mujer de mediana edad sujetó al bebé entre sus brazos, ella lo mecio para calmarlo y en poco tiempo el llanto cedió, los grandes ojos del Bebé se abrieron y miraron fijamente a la mujer, eran negros y penetrantes.

"Jaja que mirada tan hermosa, vas a ser todo un sed..."

"Waaaa"

"Waaaa"

Las palabras de la mujer fueron interrumpidas por dos gritos infantiles, ella mientras sujetaba al niño miró hacia las dos cunas consecutivas, cada una estaba ocupada por un bebé recién nacido.

"Mira lo que hiciste pequeño, despertarte a tus hermanitos *suspiro*"

La mujer colocó en la cuna al bebé que sujetaba, luego procedió a caminar hacia las otras cunas y tomar a cada bebé en un brazo, luego comenzó a balancearse para calmar a los bebés.

"Na, na, nana, na, na, nana, mamá vendrá pronto para que todos coman, dentro de poco estará aquí!"

La mujer daba un aire de santa, sus palabras dulces junto a sus acciones hacían que su belleza se alzara, aunque fuera un poco mayor, no dejaba de ser hermosa.

Los bebés en ambos brazos de la mujer calmaron sus llantos, ambos cerraron sus ojos y se calmaron, la mujer vio esto y formó una sonrisa en su boca.

"Que hermosos bebés, la señora tiene mucha suerte! Incluso con un día de nacidos ya se ven sus rasgos característicos"

"Tu Malla, tendrás una hermosa cabellera, superior incluso a la de tu madre" la mujer dijo mientras miraba a la niña en su mano derecha, la bebé tenía un cabello rojo brillante que los recién nacido no suelen tener.

"En cuanto a ti Bell, tu sonrisa va a cautivar el corazón de muchas doncellas, serás todo un galán" la palabra de la mujer fueron acompañadas de un sonrisa pícara, todo mientras miraba al bebé en su mano izquierda.

"En cuanto a Kuro, el atrapara a las personas con su mirada penetran...te" mientras la mujer hablaba subió su mirada hacia la cuna donde dejó al bebé.

El estaba mirándola, su mirada callada casi analítica, no tenía la típica ignorancia de un bebé que miraba al mundo por primera vez, era como si supiera lo que hacía, no había una pisca de ingenuidad, solo desconcierto, como un adulto que ve algo imposible.

La mente de la mujer estaba desconcertada, el rostro del bebé estaba fijo sobre ella, su mirada penetrante reafirma su anterior descripción, ojos negros como la noche.

'Que está haciendo?' Los pensamiento de la mujer eran un caos, tenía suficiente experiencia tratando con niños para saber que no era normal, un rápido escalofrío hizo que la chispa de miedo en su corazón creara una pequeña llama, el bebé, como si notara la mirada de la mujer apartó la vista, era como si supiera el sentimiento reflejado en el rostro de la mujer de mediana edad.

*Sonido de chirrido*

Antes de que la mujer pudiera llegar a una hipótesis, mientras estaba perdida en sus pensamientos, la puerta de la habitación sonó, el chirrido hizo que se despertara de su reflexión, ella miró hacia la entrada y vio una mujer, su cabello era rojo fuego, largo hasta la cintura, tendría unos veinticinco años, una piel Blanca, junto con unos ojos negros, ella llevaba un vestido largo, de color negro que hacía resaltar su belleza general.

"Mi señora, sus bebés tienen hambre!" La mujer de mediana edad dejó el asunto anterior, ella cedió uno de los bebés a la mujer de cabello rojo.

"Muy bien Talia, cuida a Kurobu mientras alimento a Mallara y Bellam" las palabras de la mujer de pelo rojo fueron acatas por Talia, ella ayudó a la mujer en su preparación, sujeto a Bellam mientras la mujer de cabello rojo liberaba sus pechos.

"Mis pequeños bebés, mamá los ama mucho"

La sonrisa en el rostro de la mujer solo puede ser descrita como maternal, genuina felicidad por alimentar a su hijos, cuando Malla tomó el pecho izquierdo, Talia cedió a Bellam a su madre y está le dio su pecho derecho.

"Trae a Kurobu, sujétalo hasta que sus hermanos terminen"

Talia asintió con su cabeza y caminó hacia la cuna, Kurobu estaba acostado pero no dormía, sus ojos muy abiertos hicieron que su mirada chocara con la de Talia, un nuevo escalofrío recorrió a Talia.

"Otra vez esa mirada!"

Talia susurro. Los ojos negros del niño no cedieron, el la miraba fijamente, si no fuera porque es un niño ella juraría que estaba analizando la, Talia ignoró el sentimiento y sujetó a Kurobu, luego camino hacia la mujer de cabello rojo sentada, esta miró a Talia y luego a Kurobu.

"Vamos, dejen un poco para su hermano mayor" ella arrancó a Malla de su pecho, la pequeña se quedó insatisfecha pero rápidamente fue sujetada por Talia, que cedió a Kuro a su madre.

La mujer de pelo rojo colocó a Kuro junto a su pecho, pero sucedió algo raro, Kuro se negó a tomarlo, ambas mujeres se quedaron algo confundidas, pero luego de unos minutos Kuro tomó el pecho de su madre y se alimentó como sus hermanos, haciendo que la preocupación de las mujeres desapareciera.

"Parece que sus hijos crecerán sanos y fuertes, señora Rius!"

"Ojalá tus palabras sean escuchadas por los Anónimos, Talia"

Mientras las dos mujeres hacían halagos hacia los recién nacidos, el bebé que se alimentaba del pecho de su madre, el que tenía ojos negros, hacía lo posible por ordenar sus pensamientos, nadie se atrevería a suponer, que la mente de esta criatura sin dientes, estuviera analizando todas las maneras de, no, volver a morir.