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Escape Premium (1/2)*

Todo se había vuelto un caos para ti en la Tierra, ya que recientemente los Plomeros descubrieron tus actividades ilegales, convirtiéndote inmediatamente en un objetivo de alto valor. Por supuesto, no habrías podido llevar a cabo tus actividades criminales durante tantos años antes de ser descubierto si no fuera por tu gran astucia, lo cual también te permitió evadir los intentos de captura de las últimas semanas. Sin embargo, con cada día que pasabas en la Tierra, tus posibilidades iban disminuyendo, por lo que ahora tu mayor prioridad era escapar del planeta.

Para alguien con tus habilidades, aparentemente resultaría sencillo conseguir una nave o al menos a alguien que pudiera sacarte del sistema. Sin embargo, la noticia se corrió demasiado rápido, aumentando con creces el entusiasmo por capturarte. Varios de tus enemigos e incluso los propios Plomeros ofrecieron una recompensa por tu cabeza. Tal parecía que las cosas se habían tornado personales, incluso para la autoridad galáctica.

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Recientemente tuviste que regresar a Bellwood, una ciudad que habías evitado a toda costa debido a la presencia recurrente de Ben Tennyson y sus allegados. Sin embargo, tenías almacenado allí un traje de alta tecnología que podría darte la oportunidad de seguir evitando a tus perseguidores e incluso ayudarte a salir de la Tierra. No te quedó más opción que volver. Afortunadamente, lograste escabullirte y burlar cualquier tipo de seguridad, ya que Tennyson y otros Plomeros parecían ocupados en otro asunto.

Mientras emprendías tu escape de Bellwood, portando una gabardina y ropa de civil para cubrir el traje, avistaste una nave de gran tamaño surcando los cielos. Reconociste de inmediato esa nave y decidiste seguirla, ya que podría ser tu boleto de salida. Después de unos minutos siguiendo a la nave, la viste detenerse encima de una zona de construcción para desplegar una arena de combate sobre la realeza de Khoros y varios Plomeros, a quienes reconociste rápidamente.

Para evitar ser descubierto, activaste un sistema de camuflaje mientras te adentrabas al interior de uno de los edificios cercanos. Finalmente, desplegaste un dron espía con el cual monitorearías toda la actividad que sucediera. Así, te enteraste de que la razón por la cual los Tetramand estaban allí era debido al compromiso de la hija del rey Lord Gar, Looma Red Wind.

Los minutos transcurrieron y, tras una intensa batalla entre Looma y Ben, en la cual Tennyson resultó vencedor, los Tetramand empezaron a retirarse. Actuando rápidamente, te dirigiste a la cámara donde se encontraban los alienígenas, logrando entrar segundos antes de que se cerrara. Poco después, observaste cómo el coliseo también era retirado.

Ese sería el último vistazo que darías al exterior, ya que rápidamente te adentraste en la nave para evitar ser descubierto, aunque confiabas plenamente en la alta tecnología del traje, lo cual hacía esto poco probable. A pesar de esa confianza, y sabiendo que la orden de captura solo era a nivel planetario, preferiste no correr riesgos. Te adentraste en los ductos de ventilación, solo teniendo que agacharte un poco gracias al gran tamaño de los mismos, necesarios para suministrar inmensas cantidades de aire a sus enormes pasajeros. Una vez dentro, recorriste algunos metros antes de sentarte y desactivar el camuflaje.

Tu: (Puedo pasar unos días en Khoros, después puedo probar suerte en Iliannus donde puedo conseguir algo de dinero para fingir mi muerte y quizá en unos 2 años volver a la Tierra…. Maldita sea)

Te decías a ti mismo bastante frustrado ya que tuviste que abandonar tu planeta, tu negocio y todas tus riquezas, al menos por un tiempo.

Mientras divagabas en tu mente sobre tus próximos pasos, fuiste interrumpido de forma súbita por los sensores de movimiento del traje, los cuales indicaban que algo se acercaba, poniéndote inmediatamente en alerta. Luego de unos segundos, una especie de bicho haría acto de presencia justo frente a ti, con características muy similares a una cucaracha, aunque mucho más grande, midiendo un poco más que un perro grande.

En un inicio, ambos actuarían cautelosos; sin embargo, de un momento a otro, el insecto te atacaría, y tú responderías con un golpe que lo mataría al instante, gracias a la potenciación que ofrecía el traje.

Tu: Que asco…. Aunque dime amigo ¿Qué eres?

Dijiste mientras escaneabas a la criatura, enterándote en pocos segundos de que estos seres eran algo así como las cucarachas para los Tetramand, y que se movían siempre en enjambre. Además, si una era asesinada, todo el grupo iría para devorar sus restos y, muy seguramente, a su asesino. Esto te puso inmediatamente en alerta, más aún cuando empezaste a escuchar el sonido de sus patas tocando la superficie metálica.

Por el sonido y los sensores del traje, supiste inmediatamente que se trataba de un grupo gigantesco de esas criaturas. Aunque sabías que fácilmente podrías derrotarlas, preferiste huir del lugar para evitar llamar la atención de los Tetramand, quienes muy seguramente te arrojarían al vacío del espacio si te descubrían.

Recorriste rápidamente la enmarañada red de ductos con la esperanza de perder a los insectos, sin embargo, estos eran capaces de ubicarte gracias a que el olor de las vísceras y fluidos del que mataste antes se había mezclado fuertemente con tu cuerpo. Viendo esto y ya bastante frustrado de huir, decidiste esperarlos, viendo poco después cómo una gran avalancha de insectos sedientos de sangre se acercaba a ti.

Lograste acabar con varios de ellos, manteniéndolos a raya durante varios minutos. Sin embargo, los insectos empezaron a llegar por todos lados, lo que poco a poco comenzó a restringir tus movimientos. Afortunadamente, el traje era prácticamente irrompible, por lo que sus mordidas resultaban inútiles. Así, al cabo de unos minutos, conseguiste abrirte paso para empezar a correr nuevamente.

Después de un tiempo recorriendo los ductos, viste en el suelo de uno de ellos una rejilla de la cual salía algo de luz y aire caliente, lo que te hizo suponer que era el área de maquinaria, ya que no tenías cartografiada la nave y no habías tenido tiempo de enviar un dron para hacer ese trabajo.

Sin tener otra opción y sabiendo que los insectos pronto darían contigo, decidiste retirar la rejilla para posteriormente descender por la misma, librándote finalmente de esos asquerosos bichos. Sin embargo, grande sería tu sorpresa cuando notaste la humedad y el calor del lugar, así como el aspecto del cuarto, que tenía más apariencia de baño que del cuarto de máquinas que esperabas, lo que te puso inmediatamente en alerta.Principio del formulario

Tu: Oh oh

De pronto serias sujetado fuertemente y azotado bruscamente contra la pared para posteriormente empezar a ser elevado por dos grandes brazos rojos.

Tras recomponerte del golpe y quitándote la máscara del traje podrías ver que la persona que te había sometido no era nadie más que Looma Red Wind quien yacía ahí con una expresión amenazante, con dos de sus brazos sosteniéndote y otros dos listos para golpearte, pero con la particularidad de que estaba totalmente desnuda con las gotas de agua caliente aun recorriendo su voluptuoso y tonificado cuerpo.

Looma: Sera mejor que me digas quién eres y que quieres aquí pervertido, a menos que quieras que separe tu cabeza de tu cuerpo.

Sin duda la situación se te había salido de las manos, pero no habías llegado hasta donde estabas por ser alguien que perdiera su temple ante situaciones como esa por lo que solo permanecerías con una expresión calmada mientras alzabas tus manos para demostrar que no eras una amenaza.

Tu: Soy ______ y estoy aquí para pedir tu mano, Princesa Looma. 

Dijiste con calma y una pequeña sonrisa viendo como la expresión de la Tetramand pasaba de ser ruda y amenazante a una de sorpresa y cierta timidez ¿Por qué le dijiste eso sabiendo que podía haberte matado? Fácil, y es que al conocer la razón por la cual tanto ella como los suyos habían ido a la Tierra, era muy probable que esto le hiciera bajar la guardia debido a la conmoción y la sorpresa pues sus ansias por casarse parecían superar su juicio.

Tú: No era mi intención invadir su privacidad Princesa, mi idea era que una vez estuviéramos en Khoros pediría su mano enfrente del Rey tal y como corresponde, pero debido a la destrucción de mi nave no me quedo de otra más que ser un polizón.

Mantuviste la calma sintiendo como conforme las palabras salían de tu boca el agarre de Looma iba cediendo por lo que lentamente y con delicadeza colocarías tus manos sobre las suyas para que te liberara. Sin embargo, de un momento a otro ella volvería a aumentar la fuerza de su agarre al mismo tiempo que acercaba su rostro de forma amenazante.

Looma: ¿Sí? Pues lastima, ya estoy comprometida con uno de los guerreros más fuertes del universo y tal parece que tú eres un simple y débil terri- ¡¡¿Qué es ese olor?!!

Al haber acercado tanto su rostro, Looma pudo notar el terrible hedor que tu cuerpo tenía gracias a tu anterior batalla con los insectos. El aroma sería tan fuerte que la obligaría a soltarte y a retroceder un par de pasos para toser cosa que te daría un momento para pensar en tu siguiente movimiento el cual a los pocos segundos ya lo tendrías fríamente calculado.

Tú: Lo lamento, eso es cortesía de la plaga de insectos que tienen en sus ductos de ventilación, logre matar a varias decenas, aunque no les vendría mal fumigar de vez en cuando.

Dijiste con algo de sarcasmo mientras Looma se recomponía pudiendo verse su sorpresa en cuanto mencionaste haber matado a varios de esos insectos.

Looma: Cof cof ¿Los Kathran?.... ¿Quieres decir que tu como un simple humano mataste a varios de ellos con nada más que tus manos?

Tú: Por supuesto, no es como que haya algo para defenderme en esos ductos ¿Nada mal para un simple y débil terrícola verdad? Además, la prueba de ello la llevo encima, muy literalmente.

Lo último haría que a Looma se le escapara una pequeña risita mientras se podía ver como ahora estaba más relajada y hasta interesada por ti gracias a tu historia y físico.

Looma: ¿Entonces podríamos decir eres un guerrero muy capaz cierto?

Tú: Por supuesto, yo no necesito poderes o cambiar de forma para ser un luchador apto.

Esto lo dijiste en una clara indirecta hacia Tennyson cosa que Looma inmediatamente notaria, aunque en vez de enojarse o alterarse ella solo sonreiría levemente mientras se acercaba lentamente.

Looma: Entonces si estas tan dispuesto a ser mi prometido deberás enfrentarme.… Iré a decirle a mi padre.

Eso ultimo rápidamente te alertaría por lo que usando la fuerza y velocidad que te proporcionaba el traje sostendrías una de las muñecas de Looma cosa que inmediatamente la haría detenerse, tanto por tu acción audaz como por el fuerte agarre que para nada esperaba de ti.

Tú: No creo que eso sea necesario Princesa…. Es solo que quisiera ser yo quien lo haga, además…. ¿Nunca has sentido curiosidad por los ritos matrimoniales de la Tierra? Quiero decir, sé que solo estuviste un instante en el planeta y quizá no estaría mal compartir algo de nuestras culturas viendo tu interés en lo que puedo hacer y de paso podría quitarme este hedor.

Mientras hablabas, empezarías jalar suavemente la muñeca de Looma conduciéndola lentamente hacia el chorro de agua caliente que seguía cayendo.

Tus palabras y tus acciones tan audaces solo hacían que el corazón de la Tetramand se acelerara y que sus mejillas ardieran pues jamás había conocido a alguien, mucho menos un terrícola que estuviera tan seguro de lo que hacía.

Looma: Mmmmm Si…. Supongo que puedo intentarlo….

Con esta respuesta te empezarías a quitar tu ropa hecha añicos dejando ver poco después tu cuerpo completamente desnudo ya que el traje al estar hecho de nanotecnología podía unirse a tu organismo sin generar daño alguno.

Una vez estuviste desnudo te empezarías a limpiar de una forma bastante erótica haciendo que Looma te observara de pies a cabeza mientras se lamia ligeramente los labios.

Looma: ¿Es esto lo que hacen todos los Terrícolas cuando están interesados en alguien?

Tú: Oh si y mucho más, en mi planeta mientras allá un interés mutuo no existen tabús sobre lo que puedes y no puedes hacer con el cuerpo del otro…. ¿Quieres que te muestre? 

Dijiste con una sonrisa coqueta dejando pensativa a Looma durante unos segundos antes de asentir con la cabeza. 

Una vez recibiste el visto bueno de la Princesa, te acercaste lentamente a ella para empezar a tocar y recorrer suavemente su cuerpo al mismo tiempo que la limpiabas notando rápidamente como ella estaba algo tensa, pero a pesar de eso aún era posible escuchar como pequeños gemidos escapaban de su boca, así como los ligeros escalofríos que recorrían su cuerpo.

Tú: ¿Lo ves Princesa? No hay nada de malo ¿Quieres intentarlo?

Looma dudaría por un instante, aunque pasados los segundos ella se pondría tras de ti agachándose un poco para posteriormente abrazarte suavemente con sus dos brazos superiores al mismo tiempo que te limpiaba mientras que con los inferiores empezaría a tocar tus pectorales, tu abdomen, tus muslos, etc. Todo de forma lenta y curiosa.

Con esa posición podías sentir la calidez de sus grandes brazos rodeándote y limpiándote, sus pechos y sus rígidos pezones presionándose contra tu espalda, su cálido aliento golpeándose contra tu oreja y sus dos brazos restantes explorando tu cuerpo.

A pesar de que la razón real por la que estabas ahí no era la mejor, te era inevitable disfrutar del suave tacto y la calidez que Looma tenía contigo haciendo que cerraras los ojos para dejarte llevar aún más. Sin embargo, a los pocos segundos volverías a abrirlos al sentir la mano de Looma tocando tu pene, aunque no le dirías nada ya que eso podría arruinar tu coartada.

En un inicio Looma solo paso suavemente su dedo por tu eje, aunque no tardaría en rodearlo con su mano y empezar a moverla de arriba hacia abajo en un movimiento lento haciendo que poco a poco tu miembro empezara a ponerse erecto, cosa que también te haría soltar suaves gemidos.

Looma: ¿Este es tu órgano reproductor cierto?

Dijo con curiosidad mientras seguía moviendo su mano esperando que respondieras su interrogante.

Tú: Si….

Looma: ¿Y está bien que lo toque aun cuando no estamos comprometidos?

Tú: Ya te lo dije Princesa, en mi especie no existen ese tipo de tabús, no me desagrada lo que estás haciendo y si quieres continuar eres libre de hacerlo.

Ella daría un asentimiento en respuesta pasando poco después a colocar otra de sus manos sobre tus testículos para masajearlos suavemente mientras que poco a poco iba aumentando la velocidad con su otra mano haciéndote soltar algunos gemidos y gruñidos más seguido.

Los minutos pasaron y Looma no hacía más que aumentar la velocidad a la que te masturbaba ya que la dureza de tu pene y su forma de palpitar simplemente la incitaban a ir más lejos.

Tu: Princesa…. Si sigues así harás que me c-corra….

Dijiste entre gemidos mientras la presión en tu eje aumentaba a cada segundo haciendo que en respuesta la Tetramand fuera más rápido hasta que finalmente no fuiste capaz de aguantar más y soltaras tu espesa carga de semen la cual en su mayoría caería al piso en donde se iría por el desagüe mientras que otra permanecería en la mano de Looma.

Tu respiración se había acelerado ante tu liberación además de que tus piernas se habían debilitado un poco, aunque ya que eras sostenido fuertemente por Looma no debiste preocuparte por nada de eso. Por su parte la Tetramand observaba con curiosidad el semen que yacía en su mano procediendo a acercarlo a su rostro para tomar una pequeña cantidad con su lengua y empezar a saborearlo.

Lo que ocurrió después fue algo que para nada esperabas y es que, al momento de saborear tu esperma, la Tetramand soltaría un gran gemido al mismo tiempo que su cuerpo se tensaba y empezaba a temblar pasando poco después a devorar desesperadamente el semen que aún quedaba en su mano. Mientras tanto tu aprovecharías su distracción para liberarte pegándote a la pared y empezando a analizar la situación.

Tú: (Se que algunas especies pueden secretar sustancias que funcionan como afrodisiacos, pero esto no tiene sentido, los Tetramand y los humanos son relativament-)

Tus pensamientos serian interrumpidos súbitamente por Looma quien te encerraría con sus cuatro brazos teniendo una expresión de pura lujuria en su rostro.

Looma: Por favor amor…. ¡¡Dime que tienes más!!