Catelyn - I

Estaban demasiado lejos para distinguir los blasones en el campamento con claridad, pero pese a la niebla alcanzo a ver que blancos y con un manchón oscuro en el centro que solo podría ser el de la Casa Stark.

«Es maravilloso, los dioses me sonríen, llegamos antes de que marcharan al sur»

—Aguardan nuestra llegada, mi señora — a su lado Ser Wylis Manderly le hablo —como mi señor padre juro que harían.

—Pues no los hagamos esperar más.

Ser Brynden Tully pico espuelas y emprendió el camino al trote hacia los estandartes. Catelyn cabalgo a su lado.

«Mi hijo lleva un ejercito a la guerra» pensó sin terminar de creérselo. Tenia miedo por el y por Invernalia, pero no negaría que también se sentía orgullosa.

El terreno por el que pisaban los cascos de los caballos era húmedo y blando. Pasaron entre las hogueras encendidas con turba, hileras de caballos, y carromatos cargados con carne salada y galletas secas. Mas allá reconoció el estandarte de la tienda de un señor.

Y tras avanzar más, vieron una fortaleza entre la niebla.

La fortaleza no era como la recordaba, no era una ruina cubierta de musgo donde solo quedaban tres torres en pie.

Llegaron hasta la entrada norte de la fortaleza, era un muro a medio construir, de cerca de doce metros de alto aun sin estar acabados, era de piedra gris lisa y plana sin imperfecciones donde cualquier hombre que tratara de escalar resbalaría. El interior tenía un enorme castillo de madera con doce torres unidas a un torreón central de forma octagonal. Gran parte de la estructura no estaba terminada, y solo un tercio de los muros estaban revestidos en piedra.

En el torreón central, ondeaba un enorme estandarte de la casa Stark, y a sus costados dos más pequeños, uno de fondo gris salpicado con rosas color zafiro y en el centro un lobo blanco. Y el otro era el lagarto león sable sobre verde de los Reed.

—Me temo que no comprendo, no reconozco los estandartes en la fortaleza. —dijo Catelyn con cautela.

—En efecto, mi señora, son la nueva heráldica de los Stark del Cuello. —Ser Wendel Manderly explico.

—¿Los Stark del Cuello? ¿El Bastardo? — pregunto Catelyn con repugnancia.

Los Manderly cruzaron miradas y se mostraron un tanto incomodos. Ser Brinden Tully el tío de Catelyn también.

— Si, mi señora. Son los pendones de Lord Jon Stark, los estandartes del Lobo Blanco.

—¿Por qué ondean en Foso Cailin cuando su señor feudal está en sus salones y el norte se congrega por su orden?

—No sé cómo será en el Sur, mi señora. — dijo Ser Wylis —pero en el norte el estandarte del señor de una fortaleza ondea mientras no haya sido removido de su posición. Los salones y torreones interiores tendrán los estandartes de las distintas casas que se alojan en ellas, y el Huargo de los Stark de Invernalia muestra donde se ha establecido su cuartel.

—Entonces vamos. No quiero dejar a Robb a solas con el Bastardo, o le pegara la cobardía de su repulsivo e indigno nacimiento. —dijo Catelyn, los Manderly la siguieron junto a Ser Brynden, pero sus expresiones eran de exasperación e indignación.

Brynden Tully miraba con detenimiento la enorme fortificación.

—¿Esto es Foso Cailin? —pregunto con sorpresa.

—Lo es. Bastante impresionante, ¿no? — Ser Wylis se encargó de responder, y su tono era de diversión — Lord Jon, o como Lady Stark gusta llamarlo, el Bastardo — dijo con saña — diseño la fortaleza y envió las instrucciones para que Lord Reed supervisara su construcción, de eso han pasado menos de seis meses.

—Ja… ese Bastardo ni siquiera hizo nada. Solo envió una orden y que los demás se encarguen en su lugar. Una vez bastardo siempre bastardo, solo se aprovecha de otros, es como una sanguijuela.

Los hermanos Manderly suspiraron y negaron con la cabeza. Brynden por otra parte miro a Catelyn incrédulo.

Catelyn se dirigió hacia el torreón central seguida por ser Brynden y ser Wendel.

Su hijo estaba rodeado por los vasallos de su esposo, en una sala amplia e iluminada donde no corría una brizna de viento, había dos enormes chimeneas de piedra blanca en la que ardían fuegos de turba. Su hijo estaba sentado en una enorme mesa; estaba frente a montones de mapas y documentos. Al principio no la vio… pero su lobo sí. Viento Gris estaba tumbado junto a una de las chimeneas y cuando Catelyn entro, alzo la cabeza y se la quedo mirando con los ojos centrado en ella. Al notar eso, Robb y los señores norteños miraron en su dirección y se dieron cuenta de su presencia.

—¿Madre? —dijo Robb con la voz entrecortada por la emoción.

—Te has dejado la barba— le dijo a Robb.

—Si. — el se froto la barbilla, con el rostro aun mas rojo que su cabello.

—Me gusta como te queda. Así te pareces a mi hermano Edmure.

...

...

Catelyn pidió hablar a solas con Robb.

—Edmure tenia dieciséis cuando se dejó crecer el bigote.

—Y yo los cumpliré pronto. —respondió Robb.

—Tienes quince años. Quince y ya llevas un ejército a la batalla ¿Comprendes que tenga miedo, Robb?

—No había nadie más que pudiera hacerlo. —Él la miró, tozudo.

—¿Nadie? Dime, ¿quiénes eran esos hombres que acaban de salir? Roose Bolton, Rickard Karstark, Galbart y Robett Glover, el Gran Jon, Helman Tallhart... podrías haber delegado el mando en cualquiera de ellos. Por los dioses, hasta podrías haber enviado a Theon, por poco que me guste.

—Ninguno de ellos es un Stark —replicó él.

—Si ese es el requisito… ¿Qué hay del bastardo? ¿Qué hay de… Jon? — le había costado mucho formular la pregunta, pero si su hijo quería un Stark, el bastardo había sido legitimado como uno, y si el iba su hijo quedaría en el Norte, a salvo.

Robb la miro con una expresión de dolor. Y suspiro mientras golpeaba rítmicamente la mesa con sus dedos.

—Jon no está en el Norte. —respondió con un tono preocupado.

Catelyn no esperaba eso, el bastardo al menos parecía preocuparse por sus hermanos y por su padre, no podría haber huido, o sí.

—¿Acaso huyo?

—No… no huyo. Pero está atrapado. —dijo Robb.

—¿Atrapado? ¿Cómo es posible, que hizo?

—No hizo nada malo, madre. El estaba en Desembarco del Rey cuando capturaron a mi padre.

—Entonces, ¿también lo retienen los Lannister?

—¿Jon? — Robb dijo con un tono de diversión, Catelyn estaba segura de que si no estuviera preocupado por el bastardo hasta se habría reído — ¡No ha nacido sureño en este mundo que pueda retener a Jon! — dijo con entusiasmo — Madre, ¿sabes lo que paso con Arya?

—No, no lo se. Asumo que la capturaron y la tienen como rehén. Igual que a Sansa. — respondió.

—No madre. Arya esta… a salvo. —dijo Robb, con una ligera duda al final —Bueno tan a salvo como puede estar una Stark en el Sur en este momento.

—¿Qué quieres decir, donde esta Arya?

—Ella esta con Jon. En Valle Oscuro, con unas tres mil espadas resguardándolos. — dijo Robb para desconcierto de Catelyn.

—¿¡Que sucedió, explica!? —Catelyn estaba alarmada y preocupada por su hija, y talvez… un poco por el bastardo de Ned, el bastardo por el que habían peleado la última vez que hablaron.

—Jon estaba en Desembarco del Rey el día en que padre fue capturado, se suponía que Jon llevaría a nuestras hermanas de regreso al Norte, pero los Lannister actuaron antes. —dijo Robb — Jon se impaciento cuando el carruaje que llevaría a Arya y Sansa a los muelles no llego. Así que junto a los Huargos y a cuatro de sus guardias lacustres se dirigió a la Fortaleza Roja — los ojos de Robb brillaban mientras relataba la historia, Catelyn también estaba atenta a lo que decía — cuando llego encontró el carruaje de padre rodeado de capas rojas y vio a los hombres de la casa Stark muertos a sus pies, dicen que cargo con su espada de acero valyrio y abrió un camino de sangre y cadáveres Lannister hasta que alcanzo el lugar donde Ser Meryn Trant de la Guardia Real junto a un grupo de soldados de la reina trataban de capturar a Arya.

Robb hizo una pausa en ese momento y simplemente se limito a mirarla. Catelyn noto que quería que le preguntara que sucedió entonces, así que lo hizo, para felicidad de Robb que parecía estar hablando de un héroe de las historias de la vieja Tata.

—Jon exigió que Meryn Trant lo enfrentara, lo que salvo a Arya y a su maestro de espada, un Braavosi al servicio de padre. —dijo Robb, Catelyn estaba ligeramente molesta por que su esposo haya contratado a un espadachín para entrenar a su hija, pero aun así quería seguir escuchado — Y entonces, Jon con su espada bastarda de acero valyrio, se enfrento a Ser Meryn, según se, el combate no duro ni un minuto, Jon le corto el brazo de la espada de un solo tajo, luego le corto el otro brazo, y con un tercer swing le corto la pierna, una vez que Trant estuvo en el suelo, le corto la cabeza y dijo que la Guardia Real era decepcionante.

Catelyn no podía dar crédito a lo que había oído, el bastardo siempre pareció un chico calmado, solemne y melancólico, era hábil con la espada, pero nunca pensó que tanto. Y mucho menos pensó que podría ser un guerrero capaz de matar a sangre fría.

—¿Estás seguro de que todo eso es cierto? —pregunto a su hijo.

—Lo estoy, los lacustres tienen una impresionante red de información, lo que pasa en Desembarco del Rey en la mañana lo sabrán por la tarde, si algo sucede en Dorne a la misma hora, lo sabrán la mañana siguiente.

—Esta bien, te creo. ¿Qué sucedió después, como llegaron a Valle Oscuro?

—Jon llevo a Arya a los muelles, hizo que los lacustres atacaran a los capas doradas usando cerbatanas y cuando los guardias se distrajeron, avanzo por los muelles matando a cada guardia que trato de frenarles el paso, robaron el mismo barco en que se habrían dirigido al norte si no fuera por lo que la Lannister tramo contra padre, y llegaron a Valle Oscuro.

—¿Arya está a salvo entonces?

—Ella lo está, Jon es el herido. —Robb suspiro — Valle Oscuro fue sitiado por la corona, tenían a tres mil atacantes contra la guarnición de trescientos hombres Rykker que juraron lealtad a Jon, quienes dirigieron el ataque fueron tres Guardias Reales, Ser Barristan el Bravo, Ser Preston Greenfield y Ser Mandon Moore. Jon se enfrento a ellos sobre las murallas de Valle Oscuro mientras los refuerzos de Jon que partieron del Cuello el mismo día que llegaron a Valle Oscuro se abrían paso por el campamento de asedio, para cuando el comandante de la guardia personal de Jon… —Robb hizo una pausa, parecía ser algo difícil de decir — el comandante de la guardia personal de Jon, Ser Jaime Lannister, llego hasta donde los guardias reales combatían con Jon, Greenfield y Moore ya estaban muertos, Ser Barristan hirió a Jon frente a los ojos del Matarreyes, y Ser Jaime hirió a Barristan, y lo noqueo. Luego llevo a Jon a Fuerte Pardo, donde atendieron sus heridas, pero sigue estando demasiado débil para marchar con su ejercito o para navegar de regreso al norte.

Catelyn estaba pálida, el bastardo… Jon era quien protegía a Arya en las Tierras de la Corona, si el moría, y el Matarreyes estaba allí, Arya podría ser entregada a los Lannister en Desembarco del Rey.

—¿Qué pretendes hacer? —pregunto a su hijo.

—Por ahora, ir a Aguasdulces. Marcharemos hasta las Tierras de los Ríos y trataremos de hacernos con Twin Lannister, si lo tomamos prisionero, podremos intercambiarlo por padre y Sansa.

Catelyn dejo a su hijo atrás, su plan era ingenuo. Twin Lannister siendo capturado, antes la Roca se quedaría sin oro, solo podía esperar que los Lannister creyeran que Ned era mas valioso vivo.