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°~A e t é r n u m~°

~Lovely~

~Billie Eilish~

Un nuevo día, y como se trata de mi vida probablemente un poco más estresante que el de ayer.

—¡Mira por dónde vas inepta!—Probablemente asesiné con mis palabras susurradas a quien sea que me haya dicho así.

¡No es mi culpa que este atravesado en medio del camino!

Además ¿QUIEN USA LA PALABRA INEPTA?

Corro por los pasillos largos del instituto, las personas me miran con extrañez, si, probablemente me miro como una desquiciada ahorita, pero no me importa.

¡Voy a llegar tarde a mi clase de Idiomas!

No puedo darme tal lujo.

Puse un pie delante del salón, estaba apunto de pasar cuando un carraspeo proveniente de mis espaldas me sobresaltó.

—Señorita Phoenix, un gusto verla.—Es mi profesora, fresca como una lechuga y bien maquillada, con sus cuadernos en sus manos y un gesto cómplice, ella entrecerro los ojos—Ya es un poco tarde ¿no cree?

Mire mi reloj, llevaba 10 minutos de retraso, nada que un gesto de educación no pudiese arreglar.

—Mr Mendeleiet, el gusto es mio—Mire una vez mas mi reloj—No creo que sea tan tarde, solo son unos minutitos, ¿Puedo entrar, teacher?

Ella volteo los ojos, en muy poco tiempo habíamos establecido una buena relación alumna—profesora, luego de una sonrisa asintio.

—Solo por qué yo acabo de llegar también.

Entre con tranquilidad (o con eso aparentemente) y busque con la mirada a la única amiga que había hecho en este poco tiempo, sonreí de inmediato al ver a la joven pequeña de cabello negro y ojos achinados, quien con entusiasmo me señalaba un puesto a su lado.

Llegué hasta ella y me senté.

Lena Starling.

—Taylor, por fin llegaste, crei que te habían secuestrado o algo.

Trague grueso con cierta incomodidad y sonreí.

—¿Por qué habrían de secuestrarme?

—¡Llegaste tarde tonta! Tu nunca haces eso, dime, ¿Que paso? ¿Contratiempos? ¿Puedo o no saber?

Mire a mi la chica en frente de mi y sonreí con sinceridad, a pesar de que era la persona más imperativa con la que había coincidido en mis 17 años de vida, era respetuosa, y de una manera disimulada esperaba paciente a los límites.

Entonces ¿Podía o no podía decirle? No quería entrar en detalles de mi vida personal, no lo veia muy necesario peeero...

—Estaba en una entrevista de algo...—Dije en voz baja, algo avergonzada, pero al mismo tiempo alegre.

Ella se fijó en mis ojos con seriedad, pero con la curiosidad palpable era más que notable, la curiosidad era una de mis principales características asi que no me parecía del todo disparatada su actitud.

—¡UNA ENTREVISTA?—Dijo en un tono tan, pero tan alto que hasta el chico más rarito y desinteresado del salón se sobresalto mirándonos con desprecio. Le dije que bajara el tono avergonzada y con paciencia—Oh perdón perdón...—Dijo susurrando está vez—¿Una entrevista? ¿De que es? ¿Tiene algo que ver con un trabajo o concurso quizás?

Suspiré, necesitaba un trabajo en verdad, pero poco aceptaban a personas menores de edad, estoy a unos meses de llegar ahí, por los momentos, la famosa entrevista no tenía que ver con una oportunidad de labor.

—Ni uno ni lo otro—Dije acomodandome un poco en mi puesto, mirando de reojo hacia el frente del salón donde Mr Mendeleiet anotaba por segunda vez en la semana el bendito verbo to-be, estos muchachos de aquí, habían reprobado tema— Voy para una academia de Canto, y tenían que conocerme.

Ella aún más interesada en el tema rodó su silla.

—No creo que sea buena idea que hablemos mucho...—Mencione algo cohibida.

Otra cosa que no me agradaría sería recibir mi primer regaño por uno de los profesores.

—Meh—Hizo un gesto restándole importancia—Esa clase es de repaso, no la necesitamos.

Bueno, comencé a contarle con detalles el proceso que estaba conllevando el entrar en la academia, y el por qué, aunque la respuesta es más que sencilla, amo cantar.

¿Necesito más razones?

La música ha sido, desde siempre el único escape que tengo para absolutamente todo, es más que necesario para mí, y no canto tan mal, aunque normalmente lo hago para socializar y aprender más.

En este caso, necesito socializar.

Con urgencia.

—¿En tu antigua casa había una?—Pregunta.

—Si, aunque era tanto de canto como de danza contemporánea así que me enfoque más en la danza.

Ella subió una de sus cejas.

—Asi que bailas Taylor.

—¿Eh?

—Sabes bailar, en el baile de bienvenida al nuevo año escolar ni siquiera moviste un dedo. Cuando fui a presentarme dijiste que no sabías.

Okey, siento que eh cometido un pequeñito error.

Bruta.

—Dije que no sabía bailar esa música, nunca me he llevado bien con el estilo musical verbalmente vulgar.—Sonrei nerviosa por su reacción y ella soltó una carcajadas ruidosa.

Y eh vuelto a respirar.

—Ya ya entiendo—Asiente— El punto es ¿Te aceptaron?

Una sonrisa diminuta se forma en mis labios, la emoción me estaba sobrepasando, llevaba mucho tiempo sin sentirme así de... Eufórica.

—Si, me aceptaron—Dije en voz baja.

Lena chillo con alegría, y me felicitó unas tres cuatro veces, el hecho de que se sintiera como yo, que compartiera mis sentimientos por esta decisión me daba a entender que realmente necesitaba una amistad así.

Luego de una y otra clase más salimos, tengo la cabeza llena de información que no me servirá de nada en unos años a menos que me paguen por explicar a detalle la teoría de la evolución.

Lena camina confiada a mi lado, y yo solo puedo pensar en lo de hace rato.

Iré por primera vez a la academia de Canto.

Y allí estará él...

Dios, mi pulso.

Han pasado 4 meses, hoy se cumplen justo los cuatro meses desde el día que en que lo conoci,  y será el día que lo vuelva a ver, que pueda percibir su aroma, su calor...

Okey, estoy extraña.

Una de las cosas que me han reclamado una y otra vez es que debo ampliar mi mente y manera de pensar conociendo personas que puedan ofrecerme un avance positivo.

Este si que es un avance positivo.

Al llegar a mi casa, abrir la puerta, Y luego cerrar detras de mi, un suspiro lastimero salió de mis labios, miro hacia todas las direcciones y oigo con atención.

Nada.

Silencio total...

Paz mental.

—¿Mama? ¿Tyler? ¿Carl?—pregunte igualmente para cersurarme de que realmente estaba sola—¿Hay alguien aquí con vida?

Silencio.

Okey, no hay nadie.

Vivir con tu madre y tus dos hermanos menores es una agradable y necesaria compañía, pero, hay ocasiones, en las que estar solo es agradable.

Claro, siempre y cuando esté lo suficientemente distraída.

Voy hasta mi cuarto, y busco mis audífonos, me cambio las tres capas de ropa que conforman el uniforme, y cambio mi ropita.

Reviso Instagram en busca de algo interesante pero no, no hay nuevas notificaciones, no hay me gustas, ni mensajes, aunque en realidad no debería esperar nada, no he publicado nada en meses, no eh respondido los mensajes en mi bandeja, y tampoco es que siga gente constante.

No hay razones para esperar algo.

Aunque... Debería ver un poco sobre el lugar en el que voy a estar metida todos los días ¿No?

Pongo en el buscador "Armonia Angelical" y me empeño en detallar las fotos y anuncios, hace algunos meses, o bueno, más concretamente un año se hizo el último renuevo de estudiantes.

Detallo en específico una foto, una en la que salen todos los grupos frente al gran cartel de enfrente de la academian, todos con sonrisas radiantes, y el carisma por los cielos, pero me causa curiosidad aún más el hecho de quienes parecen ahí.

Están las chicas que bromeaban y reian aquel día de lluvia...

Bueno, no todo era risas, cabe destacar, que cuando pasaban por enfrente de mi casa se escuchaba como una discusión ella a base de puros insultos.

—¡Quítate, me robas el oxígeno!—Empujo una de las chicas a la otra con furia.

—¡Dile a tu aliento que deje de oler tan mal para que no lo contamine!

—¡Pueden quedarse quietas!—Dijo un chico que también estaba con ellas— Parecen unas niñas, comportense que sus bromas son de muy mal gusto.

—Mira quien habla—Dijo la primera chica—Don bromas.

—¡Yo ni hablo!—Replico el chico.

—¡Por eso!

—Bueno ya, vámonos que tanta lluvia me va a causar un resfriado.

En eso la chica tenia razón, a mí me dió un resfriado poco después.

Pero poco me importo, ese día... Ejem... Fue involuntariamente desagradable.

Todos están pixelados debido a la poca calidad que tenía la foto al acercarse, no me queda más que llevarme la incógnita de sus rostros a detalle.

Solo espero que ese día no me hayan visto, por qué si fue así, estar en la misma academia que ellos será muy, Pero muy incómodo.

La música dejo de sonar, el silencio de nuevo reina en mi hogar y mi cuerpo me advierte que no me mantendré despierta por mucho más.

Sin esperar mucho más, me recosté a mi cama, sin tener la menor idea de lo que pasara mañana.