1 Capítulo 01

JiMin colocó sus gafas de sol mientras esperaba a JungKook en la entrada del club.

Fue mientras telefoneando a SeokJin, el cual le comentó que tardaría un rato en venir por el tema de su nuevo tinte. El gilipollas no podía esperar otro momento para teñirse de azul que el primer día de verano. "Me han dicho que el gris es mucho más atractivo en los hombres y quiero probar. Además, he oído que tu padre ha contratado a chicos nuevos". Qué chico. Aunque tenía razón y JiMin ya se había preparado. Llevaba sus preciosas gafas de sol rosas que conjuntaban con su cabello rosa anaranjado, junto con unos vaqueros cortos azul oscuro y su camisa blanca de manga corta. Aunque lo de manga corta no servía de mucho, ya que se puso una chaqueta de seda también rosa que le llegaba por la corva. Sí, estaba preparado para cualquier chico buenorro que viniera a por él.

Y así después de quince minutos esperando a JungKook, le vio salir de un coche desconocido para él.

—¿Me explicas ese coche? —preguntó JiMin al no reconocerlo aún.

—Un regalo de mi ex. Creo que se piensa aún que voy a volver con él.

—Pobrecito. ¿Pasamos?

Preguntó sonriendo, tomando su bolsa de la piscina del suelo y haciéndole un ademán con la cabeza para entrar.

—Claro, ¿qué tal está el agua?

—No lo sé, por estar esperándote no la he podido probar aún, cacho anormal —dijo mientras entraban al edificio y pasaban a recepción, haciendo que en el proceso saludasen al botones que les abrió la puerta.

Al llegar así a la piscina privada, caminaron los dos hacia sus butacas especialmente reservadas con antelación. Dejaron los dos sus cosas en la butaca de SeokJin y colocaron la toalla por encima antes de empezar a desvestirse y quedar los dos en bañador.

—Bueno, ¿has conseguido ligar con alguien mientras me esperabas? —preguntó JungKook, colocándose la crema de sol con cuidado y se colocaba su sombrero de paja que antes llevaba puesto.

—Para nada, no había nadie interesante.

—Bueno, pues ahí tienes a alguien bastante interesante —dijo, señalando al supuesto socorrista de la piscina, el cual se encontraba hablando con el supervisor Kim.

JiMin miró hacia la dirección que JungKook señalaba, bajando sus gafas de sol para verle mejor. Mostró así una de sus mejores sonrisas y relamió sus labios.

—Vaya…mira a quien tenemos ahí… —murmuró hacia sí mismo, llamando a aquel chico aparentemente mayor que él para que se acercase. Cuando lo tuvo en frente suya no pudo evitar morder su labio antes de hablar—. Perdona hyung, ¿es usted el nuevo socorrista?

—Sí así es —dijo el varonil joven con su grave voz, haciendo que a JiMin se le erizase la piel.

—Hm, ya veo. Solo quería preguntarle si este año la piscina está algo onda —dijo con una sonrisa pícara hacia el socorrista, sin saber si la podía ver por su sombrero.

—Que yo sepa la piscina está en perfecto estado, pequeño. Pero si ve que no está a su altura yo le puedo dejar un flotador —comentó con indiferencia, algo que hizo sorprender y molestar un poco a JiMin.

—No hará falta. Sé nadar perfectamente, hyung.

—En tal caso, no necesita de mis servicios. Tenga cuidado con el sol, su piel es algo pálida, no le gustaría verla roja de repente. Así que pongase la crema, como su amigo hace.

—¿Ha visto a mi amigo echarse crema? —preguntó con el ceño fruncido.

—No, solo se nota que no se la ha expandido bien.

—¿Podría hacérmelo usted mejor entonces, hyung por favor? —preguntó ahora JungKook, mirando con más interés que antes al socorrista.

—Será un placer, siempre es bueno evitar quemaduras.

Y así el varonil socorrista empezó a toquetear a JungKook por todas partes, haciendo que JiMin se pusiera más rojo que la posible quemadura que realmente le iba a salir.

Cuando el socorrista se fue, JiMin tomó su camisa doblada y empezó a golpear a JungKook.

—¡Si ni siquiera te gusta, mamón!

—Lo sé, solo era para joder —dijo mientras daba carcajadas victoriosas.

JiMin suspiró frustrado y se echó la crema con una mueca, poniéndose ya protegido hacia el sol para intentar relajarse. Porque aún no iba a rendirse con aquel buenorro socorrista. Su padre sí que sabía elegir candidatos guapos, pero no educados.

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