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Prologo: [El advenimiento de Asura]

Un acontecimiento sorprendente dio lugar en un valle, alejado de la ciudad.

Las familias Inagawa y Yamaguchi, gobernantes de territorios en el bajo mundo, tuvieron una disputa que llevo a un enfrentamiento masivo.

Tal era su fuerza que incluso la policía y los héroes no interfirieron en esta lucha debido al increíble número de Yakuzas que había.

Pero la fuente de sus poderes no recidia en los numeros, quizas no sean miles pero cada uno de ellos eran expertos, titanicos, brutales.

Bastardos que valian 10 hombres por cabeza.

Si, eran una fuerza a tener en cuenta.

Y con una batalla tan brutal a punto de comenzar, nadie en su sano juicio interferiría.

O eso creían.

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Cientos de figuras se vislumbraban a cada lado de un verde valle.

Cada bando, alborotado y burlándose del otro.

El jefe de la familia Inagawa, miraba con un profundo odio a la jefa de la familia Yamaguchi, que le correspondía con una sonrisa.

Voltearon, viendo a sus hermanos, preparados para la inminente Sangría.

Sin desperdiciar tiempo diciendo palabras.

Los dos jefes dieron un paso al frente, levantando su brazo en alto.

Un silencio sepulcral se extendió en segundos.

El sonido crepitante del fuego, el centellante de los rayos y el crujir de la tierra lo remplazo.

Y.

Con un movimiento sencillo.

Se desato la Guerra.

"¡RAAAGH!" Cientos de gritos de Guerra se escucharon cuando ambos bandos, como demonios se acercaban cada vez más y más.

Cuando los jefes de las familias estaban a punto de chocar armas se quedaron petrificados.

Una presencia se extendió por todo el lugar, deteniendo en seco la avanzada de los Yakuzas.

Esta Presencia, que incluso los hacia temblar aun cuando eran tan experimentados que no titubearían incluso a la hora de matar.

Nunca lo habían visto, pero sabían de quien era, habían escuchado de él y el sólo mencionarlo ya les aterraba.

Él... esta aquí.

Asura... llego.

En sincronía, los cientos de Yakuzas voltearon hacia una colina que estaba a cientos de metros de ellos.

Arriba de ella un hombre se acercaba con pasos tranquilos y lentos.

Su sola imagen daba una sensación tan Ilusoria y Sempiterna.

Debajo de su máscara de lobo, su mirada recorría cada lugar, como si pudiera ver todo a su alrededor.

Y a todos.

Nadie pudo evitar congelarse y temblar ante la frialdad e indiferencia que irradiaban sus ojos.

Incluso algunos no pudieron mantener la postura, cayendo de rodillas al sentir el instinto asesino que estos escondían.

A un lado de él, había un lobo, su fiel compañero.

Su pelaje era blanco con varias líneas negras recorriendo todo su cuerpo, sus ojos eran feroces y transmitían una sensación de muerte que te lavaba el cerebro.

Pero a su vez, tenía un aspecto tan lindo y majestuoso que no podías evitar sentirte atraído hacia su nobleza.

Un tiempo paso hasta que un Yakuza finalmente pudo reaccionar.

"¡Él está aquí!" Con su grito, decenas se despertaron de su trance.

"¡Retrocedan!" Ordeno el jefe de la familia Inagawa, recobrando su anterior semblante.

Su mente se alerto al máximo, observando detenidamente al hombre que hizo acto de presencia.

"Mierda, mierda" repitió en su mente, volteo hacia su anterior enemigo jurado, a lo que esta hizo lo mismo.

Consciente del peligro de ese hombre, rugio con ira.

"¡Perra, hagamos una alianza!" exclamo con sencillez.

"Como quieras... imbecil" Acepto la jefa apretando los dientes.

El jefe de la familia Inagawa al instante grito "¡Nuestro enemigo es Asura, prepárense para luchar!"

"¡HI!" Cientos de afirmaciones resonaron al instante.

"¡Bien hermanos!, ¡hoy mataremos al que es conocido como demonio del campo de batalla!" Una gota de sudor cayo por su frente y grito "¡A LA CARGA!"

"¡RAAAGH!" Cientos de Gritos se escucharon cuando comenzaron a correr hacia la colina.

La figura con la luna resplandeciendo tras su espalda, paso su dedo índice por el mango de sus katanas.

"¿Listo, compañero?" Pregunto Asura.

"¡WOOFF!" Contesto el lobo.

"Bien" Susurro, al mismo tiempo que exhalaba un poco de fuego de su boca mientras sus músculos se tensaban.

Flexionó sus piernas y salto.

Y el fuego se extendió, con miles de Rayos convergiendo a su alrededor.

En el cielo, era como un meteorito que avecinaba destruccion, impactando en medio de los Yakuzas.

*¡KWANG!*

Una explosion hizo temblar todo el valle, llamas electricas se extendieron como tsunamis arrasando entre las filas de los yakuzas, determinando el destino de numerosas vidas con solo el aterrizaje.

"¡GHA-!"

"¡AGH!"

"¡GRHUA!" se oyerón numerosos grito de agonia entre el caos, proveniente de los desafortunados que no tuvieron la suerte de morir.

Asura desenvaino su Katana y desenfundo su pistola en su otra mano, miro al ejercito caotico que se abalanzaba sobre él con una mirada rebosante de calma.

Una calma tan taciturna, fría e indiferente.

Como si esto fuera algo de todos los días.

El también comenzó a correr hacia ellos, con su fiel compañero a su lado.

Decenas de Quirks se abalanzaban hacia el par, pareciendo una escena imposible de evadir y mucho menos sobrevivir.

Es una lástima que esto... Ya lo ha hecho antes.

Con una destreza y velocidad inhumana evadió la mayoría de los ataques, solo recibiendo rasguños y cortes muy superficiales.

El fuego se extendio hacia su acero, lo que parecia ser un movimiento ilusorio fue un tajo horizontal, Las llamas convergieron en una corriente de llamas que juraban convertir en cenizas todo a su paso.

Movió con precisión su pistola, lanzando una lluvia de disparos, en los que ninguno era desperdiciado.

En solo 15 minutos, mas de 100 Yakuzas cayeron a sus pies.

Una niebla oscura se formo alrededor del Jefe de la familia Inagawa, que no soporto mas ver como sus hombres morian en vano.

Asi que arremetio.

"¡Asura!" la tierra se abrió debajo del susodicho, a lo que éste salto cayendo sobre el jefe de la familia Inagawa que había gritado su nombre, chocando sus katanas.

Asura presiono con fuerza, reprimiendo a su adversario con notable facilidad.

El Jefe, abrumado, exhaló "¡¿Que esperan?!" A lo que decenas de Quirks de todo tipo se estrellaron contra ellos.

Una explosión resonó en el lugar, seguido del sonido de una bala dando paso a un grito agudo.

disipándose el humo y el polvo, se revelo la imagen de Asura con su ropa destrozada y apuntando a lo que quedaba de la pierna de su enemigo.

Con un pequeño movimiento de su Katana, el pecho de el jefe de la familia Inagawa se abrió en una niebla de sangre.

Asura levanto su pierna y lo pateo, lanzandolo al suelo.

Una figura fugaz lo protegió de una lanza de rayos que apuntaba a su espalda.

El lobo, recto y arrogante movía su cuerpo esquivando y clavando sus fauces y Garras en sus enemigos, mordisqueando el cuello de la que antes era una gran jefa Yakuza sin ningún rastro de piedad, solo crueldad y ferocidad.

Con la vista nublada, el jefe de la familia Inagawa levanto su brazo hacia la imponente figura frente a él.

Solo para ver una pistola apuntando a su cabeza.

Y escuchar una bala cortando el aire.

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"¡Es-Esto no puede ser!, ¡co-con la llegada de Asura las fa-familias Yakuza se unieron y aun así están perdiendo de manera aplastante!, ¡esto es... una masacre unilateral!" Comento la reportera, aun con sus años de experiencia, le era imposible mantener la calma ante tal brutal vista.

"¡Eso es normal, la vida de Asura es una odisea!" Exclamo el camarógrafo, parecía que era uno de los fans de Asura.

La reportera con expresion estupefacta pregunto "¿Por qué estas tan feliz?, ¡decenas de miles de personas han muerto en sus manos!".

"Aun si es así, él esta de nuestro lado, los crímenes han bajado significativamente gracias a él e incluso nos ha ayudado en muchas ocasiones y ha luchado junto a los héroes cuando el peligro amenazaba a todo Japón. ¡No se ha ganado el título de 'The adversary' por nada!" Exclamo con cierto sosegó.

La reportista lo miro por un segundo con ojos confusos, incluso con un poco de lastima "Chico, un villano es un villano y un asesino es un asesino, por no decir mas, Asura es aún peor"

El chico sacudió la cabeza suavemente "Asura no es un villano, es un justiciero, un vigilante"

"Y como él ha dicho, lo hace por Honor" La mirada del chico parecía brillar.

"Aun así, ¿por qué lo admiras tanto por eso?, Alguien que sacrificó la vida de miles de civiles para cumplir su objetivo es un villano, no hay justicia en eso. No es algo que se deba admirar" Declaro la reportera.

El chico solo sonrió, la respuesta a esa pregunta era algo que ni siquiera él mismo sabia. ¿Que lo hacía admirar tanto a un asesino de sangre Fría?

Quien sabe...

Y así.

El tiempo paso, la sangre se extendió, las explosiones y el sonido de la Carne desgarrándose, así como los gritos incesantes fueron cesando hasta casi no escucharse ninguno.

En el terreno anteriormente plagado por cientos de Personas, ahora sólo había una Figura junto a un lobo.

Asura tomo con fuerza su Katana y observo a sus alrededores, solo para no encontrar a más enemigos a los que asesinar.

Bajo la mirada, observo su condicion. Estaba repleto de sangre, heridas, cortes, Quemaduras, moretones, contusiones, magulladuras. Tenía varios huesos rotos, incluyendo algunas costillas fracturadas.

En cualquier otra persona sería brutal, tanto que incluso respirar seria una imposibilidad.

Pero, aun así, su rostro no reflejaba el más mínimo dolor, parecía acostumbrado a esto.

Su respiracion cambio o la manera correcta seria decir que cambio su forma de respirar, su cuerpo comenzo a tomar color otra vez, poco a poco.

El lobo estaba incluso peor, solo que el inofensivo animal se regeneraba a una velocidad visible a simple vista. Un mundo de diferencia con su compañero.

En una hora debería estar como nuevo.

"Aaah" Asura suspiro mientras enfundaba su Katana "Andando, Sirius, volvemos"

"¡AOOO!" Aulló el lobo, moviendo su cola inocentemente.

Asura le dio una ultima mirada al campo, con la misma tranquilidad que comenzó todo.

Gotas comenzaron a caer del cielo nocturno, había comenzado a llover.

El lobo comenzó a alejarse y Asura se quedó parado en el lugar, con su mano derecha extendida, atrapando las gotas en sus dedos.

Asura miro el cielo, volteando hacia la luna y cerró los ojos.

"Oka-san" un susurro lleno de anhelo e indescriptibles emociones llenaron su voz después de mucho tiempo.

"Pasaron años y aún no he consumado mi venganza"

"He decidido esto, no tengo derecho a arrepentirme"

"En la senda que recorró no hay retorno, lo sabia desde el primer paso"

Su cabeza cayo un segundo y la alzo al siguiente.

"Ya no tengo motivos para abandonar"

"Quiero..."

la lluvia mojaba su cabello, deslizandose por su pecho ahora desnudo, quitando la sangre de sus sangrantes heridas.

"ver a esta tierra abandonar la crueldad"

Se quito la mascara revelando su juvenil rostro, con una pequeña sonrisa, melancólica y triste colgando de su rostro, que al instante suprimió volviendo a su habitual mar de calma.

"Cuando vengá, yo le daré muerte "

"Por qué yo... Soy Asura, el hijo de las estrellas"

"Luchó para ser Legendario"

La imagen de una persona llego a su mente, haciendo que sus ojos se enfríen convirtiéndolos en dos icebergs.

"Te matare, lo juro"

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